jueves, 21 de julio de 2016

Ayudar a niños en casos de catástrofes


AYUDAR A NIÑOS EN CASO DE SUFRIR CATÁSTROFES
Documento de la cruz Roja

Los desastres son desconcertantes para todas las personas que se ven afectadas. Los niños, las personas de edad avanzada y las personas con incapacidades corren un riesgo mayor de trauma. Los niños pierden de forma temporaria su visión del mundo como lugar seguro y predecible. Tienen miedo de que lo sucedido vuelva a ocurrir y de que ellos o su familia se lesionen o mueran. A la mayoría de los niños les resulta difícil entender el daño, las lesiones y las muertes que pueden surgir de un hecho inesperado o incontrolable.
El modo en que un padre o adulto reacciona ante un niño después de un acontecimiento traumático
puede ayudar a que los niños se recuperen más rápido y de forma más completa. Este folleto incluye
información general para ayudarle en esta tarea.

Reacciones de los niños

Aunque a los adultos les puede parecer exagerados, el miedo y la ansiedad de los niños son muy reales.
Los niños tienen miedo a lo desconocido. Tienen miedo a quedarse solos. Después de un desastre, es
posible que comiencen a actuar como si tuviesen menos edad de la que tienen. Pueden reaparecer
comportamientos que antes eran comunes como mojar la cama, chuparse el dedo, apegarse a los padres o tenerle miedo a gente que no conocen. Es posible que los niños mayores que se mostraban independientes ahora deseen pasar más tiempo con la familia. Tal vez aparezcan problemas a la hora de ir a dormir: pueden tener pesadillas, no querer dormir solos, tener miedo a la oscuridad o a quedarse dormidos o a permanecer dormidos.
Algunos niños expresarán su miedo mediante síntomas físicos como dolores de estómago o de cabeza
o sintiéndose “enfermos”. Todos los niños pueden tener problemas para pensar. Se pueden distraer con facilidad, sentirse confundidos y desorientados y tener dificultad para concentrarse. Estas pueden ser reacciones a olores, objetos o actividades asociadas al trauma. Es posible que el niño no sea consciente de las causas de estas reacciones o los cambios de comportamiento. La ansiedad y el miedo de los niños son reales; no son demostrados a propósito.
Los niños de distintas edades reaccionan de forma distinta ante una situación traumática.
Del nacimiento a los 2 años. Al no poder hablar, los niños no pueden describir lo sucedido o sus
sentimientos. Pueden recordar determinadas imágenes, sonidos u olores. Cuando crecen, estos recuerdos pueden surgir cuando están jugando. Es posible que los bebés se irriten con más facilidad, lloren con más frecuencia y necesiten ser alzados y abrazados más seguido. Responderán a la atención que les ofrece un adulto.

Preescolar y jardín de infantes.

Ante un acontecimiento abrumador, los niños muy pequeños pueden sentirse indefensos, impotentes e incapaces de protegerse a sí mismos. Cuando la seguridad del mundo en que viven se ve amenazada, se sienten inseguros y tienen miedo. Los niños de esta edad no pueden entender el concepto de una pérdida permanente. Creen que las consecuencias se pueden revertir. Cuando juegan, recrean partes del desastre una y otra vez. Todas estas reacciones son normales. El abandono es el miedo más grande de la infancia, por lo tanto, es necesario asegurar a los niños que se les cuidará y no se les abandonará.
Actividades para realizar en el hogar o la escuela  juegos en los que pueden actuar, actividades con
contacto físico, marionetas, artes y manualidades, cuentos, movimiento de músculos grandes (como los que se utilizan al jugar a la pelota).

Edad escolar (7 a 11 años). Los niños de esta edad son capaces de entender el efecto permanente de una pérdida debida a un acontecimiento traumático. Se pueden preocupar por los detalles del desastre y pueden querer hablar sobre éste continuamente. Es posible que no se puedan concentrar en sus estudios y que sus notas bajen. Dado que son más maduros en su pensamiento, su entendimiento del desastre es más completo. Esto puede resultar en una amplia gama de reacciones: culpa, sentimientos de fracaso y enojo.
Los niños en edad escolar también pueden volver a repetir comportamientos de una edad más
temprana. Al igual que en los niños pequeños, pueden surgir problemas para dormir. La ansiedad y el
miedo que sienten puede expresarse en un aumento en las quejas de dolores físicos.
Actividades para realizar en el hogar o la escuela  juegos en los que pueden actuar, marionetas, dibujo y pintura, compartir sus experiencias con el grupo, leer, escribir o dialogar.

Pre-adolescencia y adolescencia (12 a 18 años). Dentro de estas edades, los niños tienen una gran
necesidad de demostrar a todo el mundo, y en particular a su familia y amigos, que tienen conocimientos y experiencia. Cuando pasan por una experiencia traumática, necesitan sentir que sus compañeros comparten sus ansiedades y miedos y que estos sentimientos son apropiados. Dado que han sobrevivido el desastre es posible que se sientan inmortales. Esto puede llevar a que practiquen comportamientos imprudentes y hagan cosas peligrosas. Las reacciones de este grupo son una mezcla de reacciones del grupo de edad anterior y las reacciones de los adultos. La adolescencia es un período en el que los niños se vuelcan hacia el exterior para entrar al mundo. Sin embargo, una experiencia traumática puede dar la sensación de que el mundo no es seguro. Los adolescentes también pueden volver a comportamientos de una edad más temprana. Pueden sentirse abrumados por reacciones intensas y ser incapaces de hablar sobre ellas con la familia.
Actividades en la escuela actividades de clase generales, literatura o lectura, ayuda de compañeros,
clases sobre salud, clases de arte, lingüística/teatro, ciencias sociales/gobierno, historia.

CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS

En la familia
Rutinas. Mantenga las rutinas de la familia (comidas, actividades, hora de dormir) lo más normales
posibles. Esto ayuda a niños de cualquier edad. También permite a los niños sentirse seguros y en control de la situación. Dentro de lo posible, los niños deben quedarse con las personas que sean más conocidas y con las que estén más cómodos.
Necesidades especiales. Acepte las necesidades especiales de los niños permitiéndoles depender un poco más de usted por un tiempo. Si lo necesitan, dé más abrazos, deje que tengan la luz encendida cuando van a dormir o que no duerman solos o que vuelvan a tener su osito o manta favorita, y muestre que no le importa que estén más apegados a usted.
Cobertura de los medios de comunicación. Después de un desastre, todas las personas quieren escuchar las últimas noticias sobre lo ocurrido. Sin embargo, los estudios de investigación sobre desastres indican que los mensajes o imágenes inesperadas que aparecen en televisión asustan y causan la reaparición de problemas relacionados con el estrés. Además, cualquier persona que ve la cobertura sobre el desastre puede convertirse en lo que se denomina una “víctima secundaria” y puede sufrir problemas emocionales y físicos. Es mejor no dejar que los niños vean la cobertura del desastre en las noticias.
Sentimientos y reacciones. Los niños expresan sus sentimientos y reacciones de formas distintas. Si
usted acepta esto, puede hacer una diferencia en el modo en que sus hijos se recuperan del trauma. Esto significa que tendrá que aceptar que algunos niños reaccionarán alejándose sin poder hablar del asunto, mientras que otros se sentirán intensamente tristes y enojados en algunos momentos y en otros, actuarán como si nada hubiese sucedido. Los niños suelen confundirse con respecto a lo ocurrido y a sus propios sentimientos. Sin embargo, no se sorprenda si algunos niños parecen no verse afectados por lo que vieron o escucharon. No todos tienen reacciones inmediatas; algunos tienen reacciones que aparecen días, semanas y hasta meses después y algunos nunca tienen una reacción.

Hablar sobre lo ocurrido

• Escuche y acepte los sentimientos de los niños.
• Dé respuestas sinceras, simples y cortas a sus preguntas.
• Asegúrese de que entienden sus respuestas y el significado que usted les quiere dar.
• Use palabras o frases que no confundan al niño ni hagan que el mundo sea más aterrador.
• Dé oportunidades a los niños para que hablen entre ellos sobre lo que pasó y cómo se sienten.
• Dé a los niños una explicación sincera si usted se siente tan enojado que no quiere hablar sobre lo que pasó. Considere tomarse un tiempo de descanso y pedirle una mano a un amigo de confianza de la familia.
• Si los niños hacen la misma pregunta una y otra vez es porque están tratando de entender, tratando de encontrarle sentido a la interrupción y confusión en su mundo. Los niños más pequeños no entenderán que la muerte es permanente, así que las preguntas repetidas se deben a que esperan que todo vuelva a la normalidad.
• Si un niño se siente culpable, pídale que explique que pasó. Escuche con atención para ver si se siente responsable por algo. Explique la situación y recalque que nadie, en particular él o ella, podría haber evitado lo ocurrido.
• Deje que la escuela ayude. Los maestros de la escuela pueden notar cambios en el comportamiento
del niño y responder para ayudar al niño a hacer frente a la situación.
• Aunque usted sienta que el mundo es inseguro, tranquilice a su niño diciendo, “Ya se acabó. Ahora
haremos todo lo posible para mantenernos seguros. Juntos podremos ayudar a que las cosas vuelvan a
la normalidad”.
• Esté atento para ver si los niños tienen preguntas y quieren hablar sobre el tema.
• Demuestre su cariño y apoyo. Los niños lo necesitan mucho en este momento.

SEPA CUÁNDO NECESITA AYUDA DE UN PROFESIONAL

Los niños son increíblemente flexibles, pero pueden verse profundamente afectados por un trauma o una pérdida. A veces un consejero puede ayudar a un niño al brindarle un lugar seguro para hablar sobre lo que pasó y sobre sus sentimientos. La ayuda de un profesional es buena idea si el niño muestra alguno de estos cambios por más de tres meses después del desastre:

• Problemas en la escuela con el comportamiento o los estudios.
• Explosiones de enojo.
• Aislamiento de las actividades sociales normales o del juego con otros niños.
• Pesadillas o problemas con el sueño frecuentes.
• Problemas físicos como náuseas, dolores de cabeza, pérdida o aumento de peso.
• Ansiedad intensa o comportamiento evasivo causado por recuerdos de lo que pasó.
• Depresión o una sensación de no tener esperanzas sobre la vida o el futuro.
• Problemas con el uso del alcohol o las drogas.
• Práctica de comportamientos peligrosos.
• Preocupación continua sobre lo que ocurrió hasta que se convierte en el centro principal de su vida.

Ciertos acontecimientos pueden hacer que un niño se vuelva más vulnerable a tener problemas. Si un
niño ha sufrido pérdidas recientemente como las que resultan de un divorcio, fallecimiento de alguien
cercano o mudanza a un nuevo vecindario, es posible que se sienta especialmente abrumado por el
desastre. Una situación traumática puede reactivar las emociones relacionadas con traumas anteriores y esto puede ser sobrecogedor.
Ver a un consejero no significa que el niño tenga un “problema mental” o que usted le ha fallado.
Después de un trauma, muchos adultos y niños sienten que es útil hablar con un consejero con
capacitación especial en reacciones post-traumáticas que les puede ayudar a entender y hacer frente a sus sentimientos.

¿Utilizamos todo el cerebro?

No utilizamos todo el cerebro

Hasta hace pocos años existía la creencia de que los seres humanos utilizábamos una pequeña parte del cerebro y que si fuéramos capaces de utilizar una parte mayor seríamos prácticamente superdotados.
No se sabe de dónde partía esa creencia, quizás del poco talento que tenemos al mantener el nivel de guerras, genocidios, violaciones y otras muestras de poco raciocinio en pleno siglo XXI, pero lo cierto es que de los 100.000 millones de neuronas que poseemos en nuestro cerebro casi todas ellas adoptan una posición y comportamiento acorde a nuestras vivencias y experiencias, generando mapas cognitivos que se ponen en marcha en modo automático en cuanto los sistemas de percepción lo solicitan, ya que mientras tanto se quedan en stand by evitando el consumo excesivo de energía, debido a que el cerebro supone el 20% de consumo de la energía que nuestro organismo consume y si tuviera unas conexiones permanentes ,a modo de cableado fijo, el calor que se produciría en nuestra cabeza nos provocaría fuertes dolores  y necesitaríamos una alimentación muy rica energéticamente, con lo que ello supondría de presión para nuestro metabolismo y órganos como el hígado, el riñón, el páncreas y el sistema cardiovascular.
Por otro lado el cerebro se dedica a lo que considera más importante en cada momento y automatiza todas las actividades para evitar pensar cada vez que se le plantea una situación dada, es decir, la mayor parte de nuestra actividad no somos conscientes ni pensamos en cómo realizarla, tenemos mapas y creencias que nos llevan a actuar de una forma determinada. Ello supone que en ocasiones nos equivoquemos, pero en ese momento el cerebro se reeduca y modifica el mapa correspondiente.

Mapas cerebrales

Los mapas se desarrollan en función de la asiduidad de su utilización, así los profesionales de la pintura desarrollan más unos mapas y los dedicados a la música, tocando el violín por ejemplo, amplían otros, siendo curioso que los ciegos cuando leen en Braille aunque utilizan los sensores de la zona digital de los dedos no desarrollan la misma zona que los violinistas, sino que utilizan la zona que los videntes utilizamos cuando leemos o vemos la televisión.
Todo ello significa que con paciencia y dedicación podemos desarrollar en mayor o menor medida, cualquier habilidad. Tan sólo debemos conocer cómo funciona nuestro cerebro, que no es poco por otra parte, pero ello no debe frenarnos en nuestras ilusiones y deseos.

¿Qué capacidad tiene nuestro cerebro?

Sabiendo que hay zonas utilizadas para cada actividad cabe preguntarse que sucede si ampliamos una zona por utilizarla cada día, como puede suceder con músicos, pintores, deportistas etc. que dedican muchas horas a su profesión y se verifica que tienen zonas muy desarrolladas. ¿Qué ocurre con los mapas que hay vecinos a ellos?  ¿Perdemos habilidades de los mapas próximos? Lo que sucede es que la plasticidad cerebral permite solapar algunos mapas o producir una poda o sustitución de zonas no utilizadas. El cerebro siempre se adapta a las necesidades de cada situación y proceso. Si lo precisa utiliza incluso otras zonas neuronales para cumplir con las necesidades habituales.
Lo que si debemos tener claro es que lo que dejamos de hacer habitualmente, puede provocar pérdida de parte del mapa y por tanto esas habilidades se ven menoscabadas.


Formación del profesorado

Hay un método para conocer si nuestro trabajo está cumpliendo con el aspecto clave y fundamental: Educar adecuadamente.
Por supuesto que las notas al uso son indicación de qué cosecha recogemos de nuestro trabajo. Sin obviar los casos extremos y difíciles, que siempre los hay.
El problema es que en España apenas se usa por miedo a lo que tendremos que leer o escuchar. No nos atrevemos a preguntar a nuestros compañeros y a nuestro alumnado. ¿Cómo nos ven? ¿Qué piensan de nosotros, de nuestros métodos? ¿Se aburren con nosotros? o ¿Somos el/la maestro/a profesor/a preferido? ¿Qué importancia tiene todo ello en los resultados de sus evaluaciones?
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra función docente? Seguro que la mayoría nos hacemos estas preguntas y otras más, pero ¿Cómo salir de dudas? ¿Cómo encontrar caminos adecuados para educar en el siglo XXI?
¿Nos preocupamos por analizar experiencias de buenas prácticas de éxiro?
Hay experiencias fantásticas que agradece todo el alumnado: GAMIFICACIÓN, Mindfulness y Aprendizaje Basado en Proyectos. ¿Nos atrevemos a conocerlos?

LIBRO RECOMENDADO DEL MES:

El cerebro infantil: la gran oportunidad
Autor: José Antonio Marina
Editorial ARIEL   Biblioteca UP
Un libro imprescindible para padres y educadores, ameno y fácil de leer.


Comenzamos las vacaciones de verano, nos alejamos de las evaluaciones y de la lucha diaria en las aulas. Ha llegado el momento de reflexionar. ¿Estamos en el buen camino?  Feliz verano amigos!!!

lunes, 11 de julio de 2016


“I ENCUENTRO INVESTIGACIÓN
COACHING EDUCATIVO”
(EICE 2016)
En este “I Encuentro de Investigación en Coaching Educativo” (EICE
2016) pretendemos dar un sentido investigador, de rigor y excelencia, al Coaching
Educativo desde una perspectiva interdisciplinar (educación formal, no formal e
informal) para que los participantes y la comunidad científica conozcan los avances y el
futuro del proceso de acompañamiento basado en conseguir la mejor versión de las
personas y de los proyectos con herramientas del Coaching Educativo y otras
vinculadas con dicha perspectiva.

Desde ACEF os animamos a sentir, pensar, investigar y reflexionar en
este espacio, único en España y pionero en el mundo: EICE.

¿Cuándo y dónde nos vemos?
El jueves 20 y el viernes 21 de octubre de 2016 de
16:00 a 21:00 horas en el Edificio de la nueva Facultad de Educación. Con el
reconocimiento de 10 horas de Formación del Profesorado
.
¿Con qué nos encontraremos? El jueves en la inauguración, disfrutaremos de la
presencia de Enrique García, Decano de la Facultad de Educación, Martín Pinos,
representante Administración Educativa y, Elena Cólera, representante de la Junta
Directiva ACEF (Asociación Coaching Educación y Formación)
A continuación, disfrutaremos de Carlos Hevia-Aza con su conferencia: “Puede ser
real. Un modelo de Coaching Educativo para alumnado de Secundaria y Bachillerato".

¿A quiénes escucharemos en el simposium? Después de tomar algo,
acompañaremos a Carmen Cayuela, María Bes, Marta Soro y Elena Colera en sus
investigaciones personales acerca del Coaching Educativo, junto a Esperanza Cid como
coordinadora.

¿Te apetece algo más práctico acerca del Coaching Educativo? Entonces
aprovecha los talleres.
Recuerda escogerlos cuando te inscribas, tendrás una
oportunidad el jueves y otra el viernes, el programa te ayudará con los horarios
correspondientes.
Taller 1. Práctica de coaching educativo. Mónica González.
Taller 2. Cómo introducir el coaching en educación. Esperanza Cid y Alejandra Cortés.
Taller 3. Coaching una aventura educativa. Nieves González.
Taller 4. Coaching: Adolescentes en crisis. Clara Aladrén y Antonio Reloba
.
¿Quieres ser una de las personas que comience el viernes en el EICE?
Anímate, puedes ser parte de la mesa correspondiente a las comunicaciones donde
compartiremos algunas aportaciones relevantes para el congreso. En esta ocasión será
Mónica González quién coordinará este momento. Recordarte que es requisito
indispensable estar inscrito en el EICE para presentarlas. También tendremos momento
de descanso el viernes, claro que sí.

¿De qué modo seguimos con la mejor versión de personas y proyectos?
Escuchando en la conferencia de cierre las experiencias que trabajan y viven el Equipo
de Dirección del CEIP Fernández Vizarra (Monzalbarba): “¿Y si aplicamos el coaching
educativo al aula?
Experiencia con familias y alumnado de Educación Infantil y Primaria”.

¿Quién habla de despedida? El cierre de este “I Encuentro de Investigación en
Coaching Educativo” (EICE 2016) solo pretende agradecer vuestro enriquecimiento y
participación, desde ACEF os animamos a seguir sintiendo, pensando, investigando y
reflexionando. Habrá otras ocasiones para seguir acompasándonos personal y
profesionalmente mediante el Coaching Educativo.

Desde la Universidad de Zaragoza, en especial la Facultad de
Educación y la Asociación Coaching Educación y Formación
por siempre agradecidos.

martes, 5 de julio de 2016

EL CEREBRO DEL NIÑO

Anuncio de NEUROEDUCACIÓN COACHING EDUCATIVO


El cerebro del niño
INDICE

DEBATE: El Campanero jugador de ajedrez. 
Análisis: Formación del profesorado
Recomendación: Libro del mes
Cada mes tendremos un tema central sobre el Cerebro del niño hasta la edad adulta, para debatir y analizar las posibilidades de aplicar estos conocimientos en el día a día de nuestras aulas. Por otro lado analizaremos cómo se está haciendo la formación continua del profesorado para tratar de promover mejoras que eviten la sensación de INFOXICACIÓN, mucha información y cursillos que realmente no nos proporcionan aplicaciones prácticas y nos cansan.
Por último hablaremos de algún libro relacionado con el tema del mes que puede resultar interesante para aquellos que estéis interesados en ampliar conocimientos y experiencias.
Los grupos son lo que las personas que lo componen trabajan y se implican. Nadie está obligado a nada pero debemos participar y debatir, tratar de crearnos situaciones que la Neurociencia nos permite ver y preguntarnos qué es lo que no veíamos y ahora si, qué debemos desarrollar para que el cerebro de nuestro alumnado esté abierto a la formación que buscamos, hablaremos de las ventanas plásticas, de los entornos enriquecidos…..
¿PREPARADOS? ¡ADELANTE!
El cerebro tiene unos principios de funcionamiento, unos jueces, que autorizan y rigen nuestros comportamientos lo queramos o no.

Como si de un tablero de ajedrez se tratara, lo más importante: LA SUPERVIVENCIA, es decir EL REY, en segundo lugar tenemos a la REINA que es el MANTENIMIENTO DE LA ESPECIE, después está el CABALLO que es la ALEGRÍA, sentirnos contentos, continuamos con la necesidad de RECOMPENSA que es el ALFIL, la TORRE supone alcanzar el equilibrio, la PAZ y luego tenemos los PEONES esos pequeños que parecen poca cosa pero que son como los zánganos de la colmena, su trabajo es esencial, la IRA, el Estrés, La envidia… los iremos conociendo, todo ello combinado hacen de nuestro cerebro una máquina maravillosa, sin nada equivalente en el mundo que conocemos.
En este juego del ajedrez cerebral nosotros debemos ser el Campanero, SI el que hace sonar la campana correspondiente de cada ficha para que esta se mueva. Cada campana tiene un sonido diferente y mueve la ficha de nuestro cerebro. Así seremos verdaderos COACH. 

Hasta aquí llegamos hoy, podemos empezar a debatir y preguntar, responderé a vuestras preguntas y seguro que habrá compañeros que también lo harán. Tan solo deciros que hay cuatro etapas básicas, la primera no la tocaremos ya que se produce en el útero de la madre, hablaremos de las tres siguientes que nos llevan hasta los 24-28 años que supone el final de la adolescencia.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO

Me pregunto, estáis de acuerdo con el/los sistemas que se utilizan para la formación continua?
¿Creéis que se detectan de manera adecuada las verdaderas necesidades?
¿Quién decide y por qué? ¿Somos conocedores de lo que realmente desconocemos para mejorar en nuestra actividad diaria y programar planes de mejora con sus correspondientes planes de formación si son necesarios?
LIBROS DEL MES

El reloj de la sabiduría Autor: Francisco Mora
Una joya para empezar a entender la Neuroeducación como algo vivo que necesita del calor de cada día, pues cada día es diferente y puede ser fantástico o abrumador, según lo interpretemos.
Usar el cerebro Autor: Facundo Manes
Facundo Manes es uno de mis maestros preferidos, referente de las Neurociencias a nivel mundial nos presenta una obra imprescindible para conocernos y aprender a conocer a quienes nos rodean, como acto de crecimiento personal y profesional del que hablaremos en el próximo capítulo del mes de 

sábado, 2 de julio de 2016

NACIDO PARA APRENDER

Nacido para aprender
“Los psicólogos y los neurofisiólogos no son los únicos que buscan entender el cerebro y sus potencialidades” J. Lee O’Dell Unv. de Kansas
Es importante dejar claro la misión de los educadores y el conocimiento del cerebro y su desarrollo.
Al igual que para conducir un coche no necesitamos conocer el número de bujías o la composición de las pastillas de freno, no debemos buscar enredarnos en la química o en el funcionamiento biológico del cerebro. Digo esto porque debemos dejar a los neurocientíficos las disputas sobre si la hormona A es más importante que la hormona B o si el circuito A se encarga de controlar a B, y si está o no suficientemente demostrado.
A los educadores nos interesa saber cómo alcanzar de manera eficiente el desarrollo de las capacidades de cada alumno/a y en ello vamos a centrarnos en estos estudios, sin que no se pueda ampliar los conocimientos biológicos por parte de aquellos interesados en el tema. Para ello los consejos de lecturas y libros de interés.
Partiendo de estas premisas  ¿Preparados?  ¡ADELANTE!
Este mes de junio está dedicado a los principios fundamentales que debemos conocer para entender las explicaciones y comentarios que iremos haciendo ya que todo aprendizaje que se precie debe tener en cuenta los fundamentos del Constructivismo y la Taxonomía de Bloom y ese sendero procuraré seguir.
En nuestro tablero de ajedrez dejamos claro los filtros fundamentales que actúan sobre la percepción y actuaciones básicas de nuestro cerebro que controlan nuestros pensamientos, actos y sentimientos. Estos tres se controlan mutuamente y se afectan modificando nuestro estado emocional que a su vez controla y modifica de nuevo nuestra composición química que es la que al final modifica nuestra percepción de todas las cosas y situaciones, en un complejo juego permanente de ajedrez en que cada movimiento de ficha permite nuevos movimientos a nuestro oponente y a nosotros mismos.
Cerebro y cuerpo en un todo como la más maravillosa obra de ingeniería del mundo conocido.
La primera etapa de la vida tanto dentro del útero de la madre como los 6-7 primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo infantil dentro del mundo educativo y como en la etapa uterina no podemos intervenir partimos desde los 16 días de nacer que comienza el fantástico mundo del desarrollo cerebral camino del cerebro adulto pasada la adolescencia.
¿Ventanas plásticas?
El cerebro humano está preparado para aprender en cualquier situación siempre que sea libre de presión y temores como exámenes o comparaciones con sus compañeros, hermanos etc.
La plasticidad cerebral, es decir la posibilidad de modelar, modificar, aprender etc. está claramente aceptada, salvo si hay o no ventanas plásticas que implica la necesidad de proporcionar aprendizajes determinados en momentos que el reloj biológico que llevamos de serie nos impone.
La historia ha demostrado que niños abandonados, recluidos sin contactos con seres humanos más allá de los 7 años difícilmente consiguen hablar.
Os cuento una historia real de un buen amigo de 67 años. Guillermo nunca fue a la escuela porque en su familia con 8 hermanos él tuvo que ir a trabajar al campo con su padre para poder alimentar a la familia.
Cuando con 18 años quiso sacarse el carnet de conducir como no sabía leer tuvo que aprender a tener memoria fotográfica de los test y sus respuestas, memorizándolos y así logró aprobar a la primera los exámenes. Nunca pudo aprender a leer correctamente por mucho que en ocasiones lo ha intentado. En la actualidad no puede utilizar herramientas como el WhatsApp porque apenas entiende ni puede interpretar el funcionamiento de estas tecnologías, ni leer o escribir en ellas.
En matemáticas las cantidades básicas las controla perfectamente pero las sumas y las multiplicaciones no ha podido aprenderlas, mucho menos dividir, sin embargo el cálculo matemático básico para pagar, cobrar, devolver cambios etc. no sabe cómo lo hace pero no le supone ningún problema. Por el contrario no puede escribir números más allá de diez. Esto nos indica que es cierto lo que algunos neurocientíficos dicen acerca de que nacemos con capacidades de interpretar volúmenes grandes, pequeños y conceptos de cantidades básicas.
La neurociencia y la práctica real ha demostrado que el lenguaje se aprende de manera implícita mucho mejor en el primer año de vida, pudiendo aprender varios idiomas a la vez, al menos dos, según estudios recientes. Además se ha demostrado que los niños con más de un idioma alcanzan niveles intelectuales superiores de media que los niños de una sola lengua, con una salvedad que todavía no tiene explicación y es de los niños chinos que su cerebro funciona como si fueren dos idiomas. Al parecer cuando utilizamos más de un idioma los circuitos neuronales se amplifican en ambos hemisferios y permiten estudiar otras materias y otros idiomas con más facilidad. Pasados los 7 años los idiomas pasan a formar parte de otros circuitos neuronales y resulta más difícil aprenderlos con fluidez.
El problema es que en el primer año de vida no tenemos control de los niños, pero sí que en los siguientes años podríamos actuar, con entornos adecuados.
La lectura es una confirmación del lenguaje y es fundamental en esta primera etapa de la vida, ya que permite aumentar el vocabulario y da coherencia al mapa mental, siendo un aspecto clave  para nuestra manera de interpretar y percibir la vida que nos rodea. Es inevitable hablar de la diversidad que esto genera ya que no es el mismo entorno familiar y educativo para todos los niños y por tanto acudirán a las escuelas con diferencias muy importantes y ello nos obligará a tener un Plan de Atención a la Diversidad acorde a estos problemas que genera una sociedad diversa.
¿Tenemos nuestro Plan de Atención a la Diversidad acorde a estos problemas? ¿O básicamente lo tenemos planteado para los ACI, ACIS y sobredotados?
Otro aspecto fundamental en esta primera etapa de la vida educativa es iniciar a los niños en el concepto de pensamiento científico y crítico. Cuando realicemos actividades es fundamental realizar trabajos de Coaching Educativo, es decir realizar preguntas poderosas, como ¿Qué estamos haciendo? Pintar, dibujar, jugar a… ¿Para qué lo hacemos? Para conocer los colores, dibujar a papá… esta actividad desarrolla la inteligencia y la comprensión de que todo tiene algo de sentido y que la espera de recompensa sirve para aumentar nuestra inteligencia emocional y ejecutiva, base de un desarrollo personal más holístico.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
En la etapa infantil el juego es básico para el aprendizaje, eso lo conocemos todos, paro la pregunta es ¿Están preparadas las aulas para desarrollar Talleres y Rincones Educativos? ¿Conocemos los principios del Constructivismo y la Taxonomía de Bloom?
A partir de aquí planteo la creación de un debate y grupos de los profesionales que trabajáis en esta etapa hasta los 6-7 años y darnos opiniones de vuestras experiencias sobre lo que hoy hemos tratado y planteado.
LIBRO DE LA SEMANA

Investigación Neuroeducativa       Autor: Paul Howard-Jones