Aprender a leer y escribir reconfigura el cerebro de
adultos analfabetos.
Estos estudios pueden ser un avance para tratar la
dislexia.
Nuestro pensamiento está ordenado
por conceptos, ideas, que podemos definir y nombrar gracias a palabras. Por
ello, no sorprende que aprender a leer pueda transformar profundamente el
cerebro adulto, incluso en regiones que no suelen asociarse con la lectura y la
escritura, de acuerdo con una investigación del Instituto Max Planck para Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en
Leipzig, Alemania. El documento al respecto, publicado por Science Advances, recoge las
observaciones de los efectos de la alfabetización en un grupo de adultos
analfabetos en la India rural.
Participaron en el estudio 30
adultos de habla hindú de dos aldeas cercanas a la ciudad india de Lucknow, con
una edad media de aproximadamente 31 años. A veinte personas de este grupo se
les enseñó a leer y escribir en devanagari, un alfabeto usado en India y Nepal,
durante seis meses. A nueve personas no se les enseñó nada. Los cerebros de
todos los voluntarios fueron escaneados antes y después del período de
aprendizaje, observándose cambios notorios en los del primer grupo. Estos
mostraron un aumento en la actividad de la corteza cerebral, la capa más
externa del cerebro, involucrada en el aprendizaje.
Pero también se registraron
variaciones en regiones no involucrados en la lectura, escritura o aprendizaje:
porciones del tálamo y el tronco encefálico se mostraron más activas al cabo
del periodo de aprendizaje. Estas regiones coordinan información entre nuestros
sentidos y movimientos, pero también modulan la atención. Ambas áreas hicieron
conexiones más fuertes con la parte del cerebro que procesa la visión después
de aprender a leer. Los cambios más dramáticos fueron vistos en aquellas
personas que progresaron más en sus habilidades de lectura y escritura.
Estos cambios probablemente están
ocurriendo en los niños mientras aprenden a leer y escribir, potencialmente más
rápido y más ampliamente, pero no se han hecho estudios sobre las
modificaciones a cerebros infantiles, según Falk Huettig, miembro del equipo.
Los hallazgos podrían arrojar luz
sobre mejores formas de abordar la dislexia, en la que se observan diferencias
en el tálamo. Si este puede cambiar con un curso intensivo de alfabetización,
es posible que la falta de experiencia en lectura pueda explicar estas
diferencias.