miércoles, 31 de mayo de 2017

ESTUDIO QUE PUEDE AYUDAR A TRATAR LA DISLEXIA

Aprender a leer y escribir reconfigura el cerebro de adultos analfabetos.
Estos estudios pueden ser un avance para tratar la dislexia.
Nuestro pensamiento está ordenado por conceptos, ideas, que podemos definir y nombrar gracias a palabras. Por ello, no sorprende que aprender a leer pueda transformar profundamente el cerebro adulto, incluso en regiones que no suelen asociarse con la lectura y la escritura, de acuerdo con una investigación del Instituto Max Planck para Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas en Leipzig, Alemania. El documento al respecto, publicado por Science Advances, recoge las observaciones de los efectos de la alfabetización en un grupo de adultos analfabetos en la India rural.
Participaron en el estudio 30 adultos de habla hindú de dos aldeas cercanas a la ciudad india de Lucknow, con una edad media de aproximadamente 31 años. A veinte personas de este grupo se les enseñó a leer y escribir en devanagari, un alfabeto usado en India y Nepal, durante seis meses. A nueve personas no se les enseñó nada. Los cerebros de todos los voluntarios fueron escaneados antes y después del período de aprendizaje, observándose cambios notorios en los del primer grupo. Estos mostraron un aumento en la actividad de la corteza cerebral, la capa más externa del cerebro, involucrada en el aprendizaje.
Pero también se registraron variaciones en regiones no involucrados en la lectura, escritura o aprendizaje: porciones del tálamo y el tronco encefálico se mostraron más activas al cabo del periodo de aprendizaje. Estas regiones coordinan información entre nuestros sentidos y movimientos, pero también modulan la atención. Ambas áreas hicieron conexiones más fuertes con la parte del cerebro que procesa la visión después de aprender a leer. Los cambios más dramáticos fueron vistos en aquellas personas que progresaron más en sus habilidades de lectura y escritura.
Estos cambios probablemente están ocurriendo en los niños mientras aprenden a leer y escribir, potencialmente más rápido y más ampliamente, pero no se han hecho estudios sobre las modificaciones a cerebros infantiles, según Falk Huettig, miembro del equipo.
Los hallazgos podrían arrojar luz sobre mejores formas de abordar la dislexia, en la que se observan diferencias en el tálamo. Si este puede cambiar con un curso intensivo de alfabetización, es posible que la falta de experiencia en lectura pueda explicar estas diferencias.


viernes, 5 de mayo de 2017

LA CORTEZA CEREBRAL CAMBIA CON ENTRENAMIENTO Y ESTUDIOS

La corteza cerebral cambia con el entrenamiento cognitivo
El cerebro cambia físicamente en respuesta a un programa de entrenamiento cognitivo. Así concluye una nueva investigación, publicada en la revista Brain Structure and Function, que revelan cómo los individuos con menor capacidad son los más beneficiados.

La comparativa reveló los cambios estructurales en el cerebro. / UAM
Un estudio coordinado desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en la que participaron científicos de la Universidad Complutense, la Universidad Pompeu Fabra, el Montreal Neurological Institute (Canadá) y la Universidad de California (EE UU), analiza las consecuencias psicológicas y biológicas del entrenamiento cognitivo adaptado.
A partir de un entrenamiento diseñado para estimular procesos cognitivos necesarios para la memoria a corto plazo, los científicos observaron cambios contingentes en la estructura física del cerebro. Concretamente, registraron un aumento significativo en el área de superficie y el grosor de la corteza cerebral en determinadas regiones de los lóbulos frontales y temporales.
Los científicos registraron un aumento en superficie y grosor de la corteza cerebral en determinadas regiones de los lóbulos frontales y temporales
De acuerdo con el estudio, que se publica en Brain Structure and Function, las regiones donde apreciaron dichos cambios apoyan procesos psicológicos necesarios para completar satisfactoriamente el entrenamiento: memoria a corto plazo y resistencia a la interferencia e inhibición.
Además, los investigadores comprobaron que los individuos de menor capacidad cognitiva se benefician en mayor grado del entrenamiento, pues sus cerebros respondieron con mayor intensidad. Por el contrario, los cerebros de los individuos de mayor capacidad cognitiva respondieron débilmente al entrenamiento.
Según los autores, estos resultados subrayan la necesidad de conocer los recursos cognitivos del individuo para ayudar al diseño de entrenamientos adaptados a sus características personales. “Un entrenamiento estándar puede fracasar porque existe un desajuste con las características del individuo que lo completa”, aseguran.
Roberto Colom, del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la UAM, afirma que, “aunque los resultados de esta investigación se han obtenido con jóvenes sanos, las aplicaciones para individuos cognitivamente comprometidos son evidentes”.
“Por ejemplo —agrega el investigador—, la pérdida de grosor cortical que se produce espontáneamente con la edad podría atenuarse mediante programas de entrenamiento cognitivo personalizados. También, determinados síntomas asociados a trastornos como la esquizofrenia, podrían mejoran con el entrenamiento de la memoria a corto plazo”.
La pérdida de grosor cortical que se produce espontáneamente con la edad podría atenuarse mediante programas de entrenamiento cognitivo personalizados

Entrenamiento individualizado
La muestra de esta investigación, un grupo de jóvenes sanas, completó una exhaustiva batería de doce pruebas psicológicas antes y después del entrenamiento cognitivo. El entrenamiento supuso doce semanas de intenso trabajo supervisado individualmente. Se observaron mejoras sustanciales en los niveles de dificultad que se iban superando sesión a sesión.
También se obtuvieron registros de resonancia magnética estructural y funcional en esos dos momentos, es decir, antes y después de entrenar. Las imágenes de los cerebros de las participantes se dividieron en una serie de regiones genéticamente significativas para calcular, seguidamente, los cambios de quienes entrenaron y quienes sirvieron de control. La comparativa reveló los cambios estructurales en el cerebro señalados anteriormente.
“Las críticas que se han generalizado recientemente sobre la falta de efectividad de los programas de entrenamiento cognitivo no deben aplicarse sin más a la investigación básica. La denuncia de una parte de la comunidad científica se ha concentrado en programas comerciales que proclaman, sin basarse en hechos constatados, poder mejorar la inteligencia o prevenir los trastornos degenerativos”, señala Colom.
“Es de subrayar que los programas deben ser personalizados, adaptados al individuo, si se pretende que sean eficientes”, agrega.
Referencia bibliográfica:
Román FJ, Lewis LB, Chen CH, Karama S, Burgaleta M, Martínez K, Lepage C, Jaeggi SM, Evans AC, Kremen WS, Colom R. Gray matter responsiveness to adaptive working memory training: a surface-based morphometry studyBrain Struct Funct. DOI: 10.1007/s00429-015-1168-7