jueves, 21 de julio de 2016

¿Utilizamos todo el cerebro?

No utilizamos todo el cerebro

Hasta hace pocos años existía la creencia de que los seres humanos utilizábamos una pequeña parte del cerebro y que si fuéramos capaces de utilizar una parte mayor seríamos prácticamente superdotados.
No se sabe de dónde partía esa creencia, quizás del poco talento que tenemos al mantener el nivel de guerras, genocidios, violaciones y otras muestras de poco raciocinio en pleno siglo XXI, pero lo cierto es que de los 100.000 millones de neuronas que poseemos en nuestro cerebro casi todas ellas adoptan una posición y comportamiento acorde a nuestras vivencias y experiencias, generando mapas cognitivos que se ponen en marcha en modo automático en cuanto los sistemas de percepción lo solicitan, ya que mientras tanto se quedan en stand by evitando el consumo excesivo de energía, debido a que el cerebro supone el 20% de consumo de la energía que nuestro organismo consume y si tuviera unas conexiones permanentes ,a modo de cableado fijo, el calor que se produciría en nuestra cabeza nos provocaría fuertes dolores  y necesitaríamos una alimentación muy rica energéticamente, con lo que ello supondría de presión para nuestro metabolismo y órganos como el hígado, el riñón, el páncreas y el sistema cardiovascular.
Por otro lado el cerebro se dedica a lo que considera más importante en cada momento y automatiza todas las actividades para evitar pensar cada vez que se le plantea una situación dada, es decir, la mayor parte de nuestra actividad no somos conscientes ni pensamos en cómo realizarla, tenemos mapas y creencias que nos llevan a actuar de una forma determinada. Ello supone que en ocasiones nos equivoquemos, pero en ese momento el cerebro se reeduca y modifica el mapa correspondiente.

Mapas cerebrales

Los mapas se desarrollan en función de la asiduidad de su utilización, así los profesionales de la pintura desarrollan más unos mapas y los dedicados a la música, tocando el violín por ejemplo, amplían otros, siendo curioso que los ciegos cuando leen en Braille aunque utilizan los sensores de la zona digital de los dedos no desarrollan la misma zona que los violinistas, sino que utilizan la zona que los videntes utilizamos cuando leemos o vemos la televisión.
Todo ello significa que con paciencia y dedicación podemos desarrollar en mayor o menor medida, cualquier habilidad. Tan sólo debemos conocer cómo funciona nuestro cerebro, que no es poco por otra parte, pero ello no debe frenarnos en nuestras ilusiones y deseos.

¿Qué capacidad tiene nuestro cerebro?

Sabiendo que hay zonas utilizadas para cada actividad cabe preguntarse que sucede si ampliamos una zona por utilizarla cada día, como puede suceder con músicos, pintores, deportistas etc. que dedican muchas horas a su profesión y se verifica que tienen zonas muy desarrolladas. ¿Qué ocurre con los mapas que hay vecinos a ellos?  ¿Perdemos habilidades de los mapas próximos? Lo que sucede es que la plasticidad cerebral permite solapar algunos mapas o producir una poda o sustitución de zonas no utilizadas. El cerebro siempre se adapta a las necesidades de cada situación y proceso. Si lo precisa utiliza incluso otras zonas neuronales para cumplir con las necesidades habituales.
Lo que si debemos tener claro es que lo que dejamos de hacer habitualmente, puede provocar pérdida de parte del mapa y por tanto esas habilidades se ven menoscabadas.


Formación del profesorado

Hay un método para conocer si nuestro trabajo está cumpliendo con el aspecto clave y fundamental: Educar adecuadamente.
Por supuesto que las notas al uso son indicación de qué cosecha recogemos de nuestro trabajo. Sin obviar los casos extremos y difíciles, que siempre los hay.
El problema es que en España apenas se usa por miedo a lo que tendremos que leer o escuchar. No nos atrevemos a preguntar a nuestros compañeros y a nuestro alumnado. ¿Cómo nos ven? ¿Qué piensan de nosotros, de nuestros métodos? ¿Se aburren con nosotros? o ¿Somos el/la maestro/a profesor/a preferido? ¿Qué importancia tiene todo ello en los resultados de sus evaluaciones?
¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra función docente? Seguro que la mayoría nos hacemos estas preguntas y otras más, pero ¿Cómo salir de dudas? ¿Cómo encontrar caminos adecuados para educar en el siglo XXI?
¿Nos preocupamos por analizar experiencias de buenas prácticas de éxiro?
Hay experiencias fantásticas que agradece todo el alumnado: GAMIFICACIÓN, Mindfulness y Aprendizaje Basado en Proyectos. ¿Nos atrevemos a conocerlos?

LIBRO RECOMENDADO DEL MES:

El cerebro infantil: la gran oportunidad
Autor: José Antonio Marina
Editorial ARIEL   Biblioteca UP
Un libro imprescindible para padres y educadores, ameno y fácil de leer.


Comenzamos las vacaciones de verano, nos alejamos de las evaluaciones y de la lucha diaria en las aulas. Ha llegado el momento de reflexionar. ¿Estamos en el buen camino?  Feliz verano amigos!!!

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